miércoles, 21 de enero de 2015

Islas Malvinas

         
       (apuntes históricos, disputas,  controversias, contradicciones de la parte argentina a lo largo del tiempo, situación actual)
  
  

    Islas Malvinas, República Oriental del Uruguay.  Entre 1828 y 1833, con cinco años de diferencia, lo que sería con el tiempo la República Argentina (R.A.) perdió los dos territorios. ¿Los perdió? Uruguay nunca fue provincia argentina; perteneció al Virreinato del Río de la Plata, pero nunca a la Confederación Argentina o a las Provincias Unidas del Río de la Plata (P.U.). La Banda Oriental fue, junto con Entre Ríos, Santa Fé y Corrientes las únicas provincias que no concurrieron al Congreso de Tucumán ni firmaron nunca el Acta de la Independencia, en julio de 1816. (Curiosamente, el Acta original desapareció en la época de Rosas y sólo nos quedó una copia de la misma. Ver “Acta de la Independencia” de B. del Carril). El Alto Perú (hoy Bolivia) y no Buenos Aires fue la cuna de nuestra revolución. Sus habitantes combatieron fieramente al español,  tuvieron sus héroes y mártires en pro de la independencia, y fueron actores activos en el Congreso de Tucumán).  Uruguay fue siempre codiciada por los portugueses (Colonia del Sacramento es una ciudad fundada por ellos en el 1600) y en el año 1826 fue parte del Imperio del Brasil como estado o provincia Cisplatina, lo que desencadenó la guerra entre las P. U. y ese país. La batalla de Ituzaingó, ganada por el ejército argentino-uruguayo comandado por el general argentino C. de Alvear, le abrió la posibilidad de dejar de ser brasileña. A pesar de haber perdido la guerra, la presión del Imperio del Brasil de un nuevo conflicto bélico obligó a la Pcia de Bs. As. (a la sazón a cargo de las Relaciones Exteriores de las P.U.) a firmar un acuerdo de paz con el Imperio que exigía la independencia de la Banda Oriental. “Ni mía ni tuya, que sea independiente”. Manuel Dorrego fue el gobernador firmante.

       Las Malvinas nunca fueron territorio efectivo de la R.A, ya que en el año 33, fecha de la usurpación británica, las Provincias Unidas no se habían constituido aún como tal. En esa época era poco el territorio bajo la égida de los gobiernos de turno de Buenos Aires; por el sur terminaba en Carmen de Patagones. Dominaban más territorio los indios. Vernet era un comerciante que regenteaba factorías, nunca fue un verdadero gobernante. Por pagarle una deuda a su socio Pacheco, el gobierno de Buenos Aires le otorgó las islas. Como la ganancia era poca veía con ojeriza cómo los buques balleneros de otros países hacían la “América” en sus costas, hasta que confiscó un ballenero estadounidense para cobrarle peaje. En el río de la Plata no escucharon las quejas de los del norte, y estos se  fueron con sus lamentos hasta Río de Janeiro, no sin antes enviar el buque de guerra Lexington que irrumpió en Puerto Soledad, confiscando cueros que consideraban suyos y otros elementos supuestamente propios que encontraron en los galpones. Fue la poco conocida agresión que sufrió nuestro país a manos de los EEUU, que nunca respondieron a nuestros reclamos. Los norteamericanos propiciaron entonces la soberanía británica, más liberal, e impulsaron el cambio a través de los encargados de negocios británicos en Río de Janeiro. Estos aprovecharon la situación, largamente esperada, se fueron al sur en la corbeta Clío, y echaron de Puerto Soledad a Pinedo comandante de la corbeta Sarandí sin disparar un solo tiro (Pinedo, antes de irse le había entregado la bandera argentina a Juan Simón, capataz de Vernet) e instalaron su bandera, que quedó a cargo de William  Dickson, un empleado irlandés de Vernet, que debía izarla cuando llegaran barcos y los domingos. Tomaron la nuestra y se la devolvieron pacíficamente a Pinedo, asegurándole que “no estábamos en guerra y seguíamos siendo amigos.

       Hay un documento escrito a pedido del Senado norteamericano por  Robert Greenhow (publicado en La Revista de Bs. As. Tomos XII y XIII)  que el Gral Alvear, a la sazón ministro plenipotenciario de Rosas en EEUU le envió a Guido a Río de Janeiro para que lo tradujeran (sic) y se lo enviaran a Manuel Moreno a Londres para ser usado como antecedente para los reclamos. En él puede advertirse que la política de los reyes de España siempre fue seria e integral; nunca permitieron que se les arrebatara ningún territorio. Cómo hicieron primero el reclamo a los franceses, y cómo luego echaron a los ingleses de Puerto Egmont, fue un ejemplo de cómo se hacen las cosas cuando hay verdadero  interés nacional en resolverlas.
Nosotros no tuvimos serio interés en recuperarlas sino hasta mediados del siglo XX (más de un siglo desde la usurpación) y más bien  siempre quisimos evitar romper la amistad que nos unía a la corona británica. A los 11 días de la toma, llegó con la corbeta Sarandí la noticia a Buenos Aires y se reunió un comité con el ministro de  guerra. El capitán Ugarteche fue el único que propuso una reacción inmediata. Con dos barcos y 500 hombres aseguraba el éxito de la recuperación. Los demás no lo apoyaron. Optaron por la vía diplomática, perdiendo  la única oportunidad cierta y viable de recuperarlas, conociéndose luego que el capitán de la Clío que había “tomado” Puerto Soledad se había vuelto a Inglaterra sin dejar ni un soldado; el empleado irlandés de Vernet izaría su bandera, y los británicos no volverían sino hasta el año siguiente. Allí sólo quedaron los hombres de Vernet, entre ellos varios ingleses. Vernet, como propietario, terminó pactando con los ingleses para participar de la explotación de los recursos de las islas (incluso en 1829 le había escrito a Parish, encargado de negocios británico, que “él se sentiría muy satisfecho si el gobierno de SMB toma bajo su protección el establecimiento fundado”).  
         Años más tarde,  el gobernador  Rosas intentó trocárselas sin éxito a los británicos por la deuda de casi 2 millones de libras con intereses impagos  que mantenía el país con Baring Brothers, a raíz de la deuda contraída durante la guerra con el Brasil (ver Actas de la Legislatura de la Pcia. de Bs.As. 1844).

La historia nos muestra que desde que se confiscó Puerto Louis (de la isla oriental o Soledad) a los franceses en 1765, indemnizándolos y quedando unos 40 colonos bajo la nueva jurisdicción española (lugar que pasó a llamarse Puerto Soledad), y desde la expulsión de los ingleses de Puerto Egmont (de una isla adyacente a la Gran Malvina o Malvina Occidental) en 1770, la presencia española fue constante en las islas hasta 1811, circunstancia en que los realistas de Montevideo retiran tropas, barcos y pertrechos para hacer frente a la amenaza de los revolucionarios de Bs. As., abandonando las islas a su suerte. Recién en 1820 el gobierno de Bs. As envía el buque La Heroína bajo el mando del corso norteamericano Jawett, para izar la bandera nacional en Puerto Soledad, frecuentado sólo por buques pesqueros loberos y balleneros, fundamentalmente yanquis y británicos. Y ante ellos un yanqui con patente de corso de Bs. As. izó nuestra bandera por primera vez allí. Luego de unos años se nombró a Vernet gobernador y propietario de las Islas, y en 1829 Martín Rodriguez, gobernador de Buenos Aires, firmó un decreto afirmando la soberanía de la Provincia de Buenos Aires sobre esas islas por herencia directa de España, decreto que el gobierno británico no dejó de protestar.

        Así como las primeras ovejas llegaron a las islas desde el continente (en 1843 una majada fue donada desde Ranchos, por el establecimiento Los Sajones propiedad del británico P. Sheridan), el intercambio fue constante a pesar del supuesto conflicto sobre la soberanía. Santa Cruz fue colonizada por  malvinenses, por expreso mandato del gobierno nacional en 1884, estimulando el intercambio de ganadería, hasta el punto que el primer gobernador nombrado por el PE nacional, el teniente de navío Carlos A. Moyano, terminó casado con una malvinense. (Crónica documental de las Malvinas, H. Gambini).
         El conocido comandante Luis Piedrabuena llevó mucho ganado ovino a las islas, en sus múltiples viajes por la región.
         En la actualidad, descendientes de británicos y malvinenses siguen siendo dueños de establecimientos de enormes extensiones en la Patagonia. Los documentos de los libros de Osvaldo Bayer, así como los de la “Crónica documental de las Islas Malvinas”, de Hugo Gambini, lo señalan.


       Probablemente, la acción militar de 1982  fue el  más grave  paso dado por nuestro país para perderlas, con viso definitivo.
       Los británicos ofrecen actualmente a los isleños la opción de la autodeterminación. No son nuestras, pero tampoco de Argentina. El Imperio del Brasil hizo lo mismo con el Uruguay. Y los pobladores, siempre estuvieron de acuerdo con su independencia. Que sean dos mil o tres mil, y no dos o tres millones, qué diferencia hace? Continuar con el litigio no beneficia a nadie. Aceptar  discutir la autodeterminación con los isleños, su independencia, tanto el Reino Unido como de Argentina, crearía otra relación de las Islas con el continente, en todos los rubros, en todos los ámbitos, y el intercambio, que al día de hoy no existe, nos beneficiaría a ambos.

      Liberamos y luego fueron independientes. Chile, Perú, Bolivia, Uruguay. ¿Por qué no las Islas Malvinas?

      Nos hemos despojado de un sinnúmero de ámbitos donde ejercer la soberanía nacional (Aviación, energía, comunicaciones, vigilancia de fronteras, grandes extensiones de territorio continental en manos extranjeras, ahora la megaminería, etc.) y terminamos defendiéndola sólo a través de las Islas Malvinas,  con resultados evidentemente nulos o contraproducentes.


       Creo que el primer paso debería tender a  correr a la Gran Bretaña de la ecuación, y luego  revisar todos los conceptos que involucran a nuestro país y a los isleños, con mente amplia, sin prejuicios, y analizar  nuevos caminos, posibles, constantes, sin atajos ni exabruptos, para resolver este conflicto. Una cuestión de Estado que demanda una política de Estado, incluyendo la opinión de nuestra población mediante plebiscito. Tal y como una cuestión de límites, ni más, ni menos.

            A los héroes, combatientes o no en Malvinas, todo el reconocimiento necesario. Pero sin olvidar que para un futuro posible de esta cuestión, debe primar el auténtico interés nacional por sobre el reclamo patriotero y nacionalista a ultranza, reconociendo y aceptando como propios todos los errores y claudicaciones que se fueron sumando en la materia desde 1833 hasta la fecha.

Un ejemplo que nos deja la historia:

Declaración Conjunta sobre Comunicaciones de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Buenos Aires, 1º de julio de 1971”. Firmada por el ministro Juan Carlos Beltramino, jefe de la delegación argentina y el ministro David Aubrey Scott, jefe de la delegación británica.
(De Crónica Documental de las Malvinas, dirigida por Hugo Gambini)

Ambas delegaciones deliberaron entre el 21 y el 30 de junio en Buenos Aires sobre “comunicaciones y movimiento” entre el territorio continental argentino y las Islas Malvinas. En la delegación británica participaron los isleños. El marco era la Resolución 2065 de la ONU y las negociaciones que ésta recomendaba entre ambos países, y de conformidad con las cartas que estos países enviaran al Secretario General el 21 de noviembre de 1969 y el 11 de diciembre de 1970.
“Los delegados llegaron a la conclusión que, sujeto a la aprobación de los respectivos gobiernos, deberían ser adoptadas las siguientes medidas (detalladas en 18 puntos), en el entendimiento de que ellas puedan contribuir al proceso de una solución definitiva de la disputa sobre las Islas entre los dos Gobiernos a la que se refiere la Resolución 2065 antes mencionada”.
1) Comunicaciones entre el territorio continental y las islas, incluidas las relativas al movimiento de personas...
2) El Gobierno argentino entregará documento a los residentes de las islas sin referencia a la nacionalidad  para que puedan trasladarse al territorio continental, y viceversa.
3) Loa isleños no abonarán derechos e impuestos al Gobierno argentino por sus actividades en las islas, ni por sus servicios relacionados con las comunicaciones y viceversa, el Gobierno británico con los continentales.
4) Los residentes de las islas estarán exentos de abonar derechos e impuestos por equipaje, automóvil y efectos del hogar en tránsito hacia el extranjero o hacia las islas.
5) Los isleños que se radiquen en territorio continental podrán por única vez ingresar sin abonar derechos o impuestos todos sus efectos personales y del hogar y un automóvil, y viceversa.
6) Los gobiernos facilitarán en ambos sitios el tránsito, la residencia y las tareas de personas directamente relacionadas con las medidas prácticas adoptadas para promover y realizar las comunicaciones y movimientos.
7) El Gobierno británico tomará medidas para establecer un servicio marítimo regular de pasajeros entre las islas y el continente, y
8) el Gobierno argentino hará lo mismo con un servicio aéreo.
9) El servicio aéreo será con aviones anfibios hasta la construcción del aeródromo en puerto Stanley.
10) Ambos gobiernos cooperarán para simplificar las prácticas reglamentaciones y documentación para facilitar las comunicaciones.
11) El Gobierno argentino exime de cualquier obligación sobre servicio militar a los isleños.
12) Ambos gobiernos tomarán medidas para intensificar el comercio y mayor fluidez en transacciones comerciales.
13) Ambos gobiernos tomarán las medidas necesarias para que las comunicaciones postales, telegráficas y telefónicas sean lo más eficientes y expeditivas posibles.
14) Las tarifas de éstas serán iguales a las internas del lugar de origen de las comunicaciones.
15) Los sellos delas comunicaciones postales serán cancelados con un sello que se refiera a esta Declaración conjunta.
16) El Gobierno argentino estará dispuesto a cooperar en los campos de la Salud, Educación, Agrícola y Técnico en respuesta a cualquier requerimiento por parte de las islas. Habrán plazas en escuelas públicas para residentes de las islas y becas que promocionarán oportunamente.
17) Las conversaciones continuarán a través de los canales diplomáticos habituales, próxima reunión en Puerto Stanley en 1972.
18) Si un Gobierno decidiera dejar sin efecto estas medidas deberá anunciar al otro tal decisión con seis meses de anticipación.  
Al leer esos 18 puntos se puede inferir que el camino que trazaba esta Declaración Conjunta era el posible, el viable, el único con base de entendimiento y mutuo respeto, sobre todo respeto a la gente involucrada, los isleños y los continentales. Casi apodados así,  bienvenido ese apodo, ya que llamarnos residentes de las islas y residentes del territorio continental fija el marco de una identidad común, sólo diferenciada por el mar y el aire intermedios, que actúan separando pero uniendo al mismo tiempo.
 Esta Declaración fue hecha once años antes de la guerra que destruyó toda posibilidad de comunicación y reconocimiento mutuo. Ahora, a más de 30 años de la guerra, revisar y revalorizar esta documentación, dándole nueva vida, debería  ser tenida en cuenta para imaginar un nuevo punto de partida buscando el entendimiento entre los “isleños” y los “continentales”.
Lamentablemente, puede comprobarse que, oficialmente, vamos por otro camino.

APÉNDICE I

ISLAS MALVINAS                                               

He tenido acceso y he leído The falkland islands history en español, Mas Allá de la Historia Oficial, la verdadera historia de las Falkland/Malvinas, documento utilizado por los británicos en la discusión a nivel diplomático en 2007. Me impresionó la contundencia de los datos que presentan, los documentos adjuntos y las referencias que ofrecen, por ejemplo, la firma en 1850 del tratado de "perfecta paz y amistad" entre los dos países durante el gobierno de Rosas, donde no quedaba "ninguna cuestión pendiente entre ambas potencias". En Argentina se minimiza o ignora este hecho, y a Rosas se lo tiene como un ejemplo del nacionalismo más rancio y puro. Me conmovió también el tema del "mapa Latzina", hecho en 1882, que no dejó de ser un reconocimiento oficial de la extranjerización de las islas (En este mapa, confeccionado por el ente oficial argentino de entonces, y del que se hicieron 100.000 copias distribuidas por todo el mundo, las islas están “teñidas” con mismo tono y color que los países limítrofes como Uruguay y Chile. Las islas Picton, Lenox y Nueva, también comparten ese color, y el “mapa Latzina” fue utilizado con éxito por los chilenos en el conflicto del Beagle de 1978). (ver en la web mapa Latzina)


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En la reseña histórica de H. Gambini no se mencionan ni el “mapa Latzina” ni el documento de “perfecta amistad” firmado por el ministro de Rosas en 1850. 

Y hay otro dato curioso que señala la Crónica Documental de las Malvinas, de Gambini: En los años 1930, dos malvinenses sacaron la cédula de identidad en BsAs en la Policía Federal, y les consignaron como lugar de nacimiento: Inglaterra. Todavía los están buscando para corregir ese error…

         En esta historia, que podríamos  comenzarla con las invasiones inglesas de 1806 y 1807, los autóctonos o criollos tomaron con simpatía la llegada británica pues, aunque luego la combatieron con fiereza y ganaron en La Reconquista y Defensa de Buenos Aires comandados por nuestro ignorado y vilipendiado héroe don Santiago de Liniers, no dejaban de tener en cuenta que el verdadero enemigo era el español. Fue así que algunos de nuestros próceres, los hermanos Rodríguez Peña a la cabeza, liberaron a Beresford y a Pack de su prisión en la Villa del Luján, y siguieron manteniendo fluidas relaciones con el gobierno de SMB luego de la revolución de 1810. Y no dudaron en ejecutar sin piedad a Liniers, héroe de la Reconquista y Defensa de Bs. As. por  su decidida lealtad y fidelidad a la Corona Española. (ver Las cuatro horas del general, reseña histórica en este mismo blog).

         Gran Bretaña fue el primer país europeo en reconocer nuestra independencia en 1824. Lord Canning contaba hasta hace poco con el nombre de una calle de Bs. As (hoy Raúl Scalaabrini Ortiz). Luego de la toma de 1833, que no fue militar (el empleado irlandés de Vernet quedó a cargo de elevar la bandera los domingos y ante llegada de barcos), quedaron los colonos que querían hacerlo y sólo un año después GB colonizó efectivamente un sitio adyacente a Puerto Soledad. Se respetó la propiedad a Vernet (por un tiempo), y él mismo adhirió a la soberanía británica sobre las islas. Cundo el gobierno de Bs. As. tomó conocimiento de los hechos tras la llegada de la corbeta Sarandí,  sólo el capitan Ugarteche tuvo la idea de mandar dos barcos con 500 hombres para recuperarlas. Sabia decisión, que el gobierno de Bs.As. no escuchó. En los diarios de entonces preocupaba más cómo seguirían nuestras relaciones con una nación "tan amiga nuestra"... Diez años después desde un campo de la Provincia de Bs As se enviaron a las islas majadas de ovejas, donadas por su dueño, inglés. (¿Y la soberanía? Bien, gracias). En 1844,  (tengo un ejemplar original del Diario de Sesiones), la Legislatura de la Provincia de Bs As recibía comunicación del gobernador Rosas: Sesión del 15 de mayo de 1844: Éste gira una nota a la Legislatura del Sr. Falconnet, apoderado de Baring Brothers, donde este señor decía: "Hace un año que tuve el honor de contestar á la nota que V.E. se dignó dirigirme, proponiéndome, á nombre del Gobierno de Buenos Aires, la cesión de las islas Malvinas, como medio de transacción por el pago del dinero debido a mis comitentes". El gobierno británico y BB habían declinado la oferta, y Falconnet venía a pedir que le pagaran un anticipo, aunque sea $ 5000, tal como el gobierno de Bs As. había pactado con los franceses.
Luego de la batalla de la Vuelta de Obligado,  llegamos a 1849-1850 con el cierre definitivo de cualquier disputa entre el gobierno de la Confederación Argentina y el Gobierno de SMB. La amistad con el gobierno de SMB avanzaría casi un siglo sin contratiempos. En 1884 se funda el territorio nacional de Santa Cruz, y el gobierno nacional comisiona a su primer gobernador Capitán de navío Moyano a realizar gestiones para que los isleños ayudaran a colonizar ese territorio casi desierto, lo que aceptaron varios de ellos. Y trajeron ovejas, que pagamos en ...peniques. (El Sr. Moyano, como no podía ser de otra manera, terminó casándose con una hermosa señora isleña, y vivieron felices en el continente, pero viajando con frecuencia a las islas para visitar a los suegros e intercambiar ganado ovino).

         La guerra de 1982 fue un acto demencial, desencadenado por la más cruel dictadura que padeció la Argentina en toda su historia,  con duras secuelas   para ambos pueblos, tanto isleños como continentales. Y sus héroes caídos merecen nuestro más respetuoso reconocimiento. Pero terminó hace más de 30 años. Y la realidad actual es muy otra a la de antes del 82.  "Alternativa Malvinas" (a la que he adherido), propone una nueva visión del conflicto, en cuyas bases se les da cabida no sólo a los intereses sino también a los deseos de los isleños. La decisión de autodeterminación es históricamente inobjetable. El plebiscito es un planteo inteligente que debería obligar a la ONU a sentarlos con entidad propia en la mesa de negociación. Mesa en la cual hay que discutir el futuro de la región, en muchas materias, con cooperación, integración y respeto mutuo. Otro tratado de 1850, de "paz y perfecta amistad", esta vez entre isleños y continentales. Honra y recuerdo siempre vivo a los héroes caídos en combate y civiles victimas, pero visión de un futuro de cooperación entre iguales. Sean 3000 o 40 millones.

Apéndice II

Para tener en cuenta y comparar, con sus similitudes y sus diferencias:

 Tokelau (Wikipedia)

Tokelau es un archipiélago ubicado en Oceanía, al sur del océano Pacífico, y consta de tres atolones llamados AtafuNukunonu y Fakaofo y unos 125 islotes que abarcan un área de 10 km2 y cuenta con cerca de 1.400 habitantes2 . Es un territorio dependiente administrativamente de Nueva Zelanda y uno de los 16 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es eliminar el colonialismo. (ver más en la página de Wikipedia)



                                                                                                                                                                                                           

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