viernes, 26 de junio de 2015

Mitos, prejuicios y realidades en la Reproducción Humana (RH)

En reproducción sexuada, a veces se aprende más de la Zoología que de la Medicina humana. En zoología, (ver reproducción en Mustélidos y la implantación diferida), la reproducción no se encuentra sacralizada. En Medicina, no entiendo el porqué, aún no es moneda corriente separar la RH en sus tres etapas bien definidas: Preembrionaria, embrionaria y fetal. Se ignora intencionadamente la primera, englobándola en la segunda. En la primera es donde se aplican las técnicas de RHA, técnicas que se encuentran bajo sospecha y en tela de juicio por una parte de la sociedad, una parte de la sociedad que considera “persona” a todo producto de la RH desde la fecundación en adelante (ovocitos pronucleados, zigotos, blastocitos, etc), y lo refleja en leyes y Códigos que regulan la vida en sociedad y pretenden también regular el desarrollo y la aplicación de los conocimientos científicos.

La utilización de embrioblastos para experimentación o verificación de la normalidad del preeembrión (examen ADN), procedimiento denominado “clonación reproductiva” (mala prensa esta expresión, debería buscarse un sustituto) no es aceptado por un amplio espectro de la sociedad (incluida la corporación médica) como procedimiento, pues el zigoto y sucesivos son considerados personas desde la concepción, término que se confunde con fecundación y que la ciencia no utiliza, designando el inicio del embarazo o preñez como anidación o implantación, acontecimiento que señala el inicio de la etapa embrionaria propiamente dicha.

La preembrionaria es una etapa celular, sin contacto íntimo entre el preembrión y el útero materno. Las células del preembrión no son todas iguales, no, no lo son, ni tienen el mismo significado o función, ni tienen tampoco la misma duración vital. Se diferencian también por su origen genético. De la bola de células denominada mórula, deben separarse (están bien separados) dos sectores: Central, que originará el embrioblasto, células embrionarias propiamente dichas, genéticamente de origen materno, y el trofoblasto, células de sostén, responsables de integrarse con el epitelio endometrial para terminar formando la placenta, órgano  originado por esa capa especial de células, genéticamente de origen paterno, que se descarta y destruye luego del parto. O sea que, del zigoto (que es bicelular, nunca unicelular), devienen células y tejidos y órganos que conforman el nuevo individuo, y células, tejidos, órganos, que no son parte integral del nuevo individuo, son de sostén, perecederas, y se descartan al nacimiento, con el denominado “alumbramiento” por la obstetricia.

El descarte es un procedimiento habitual de la Naturaleza en la RH. No pregunta, lo hace. Un 50% de los zigotos se pierden en distintas etapas, y un 50% de estos tienen anomalías genéticas. La formación de gametos no es perfecta ni lo quiere ser. Ensayo y error es el procedimiento utilizado con habitual regularidad. Si no fuera así, del 2-3% de las malformaciones del nasciturun habituales se elevarían al 12%. Si lo hace la Naturaleza, todo bien, si lo hace el hombre mediante técnicas de RHA, nos escandalizamos y rechazamos el procedimiento en nombre de la Ética, porque “toda célula embrionaria debe ser respetada pues tiene derechos como cualquier persona”.

En la ovogenesis se descarta el 75%  de las células. Una de cada cuatro será ovocito, las otras tres, cuerpos polares. De los 800.000 óvulos potenciales, sólo 400 o 500 llegan a ovocito primario, y de estos, uno de cada 20 es ovulado, y de los ovocitos fecundados, uno de cada cuatro llega a implantarse. Descarte, descarte, descarte.

En la espermogénesis, de 300.000.000 de células sólo una tiene posibilidad de fecundar un ovocito, y luego, un 25% de posibilidades de producir un embarazo. Descarte, descarte, descarte.

Si el hombre de ciencia que crioconserva o criopreserva embriones (mejor llamados preembriones), y plantea el descarte de los defectuosos o los que no se utilizarán para la RHA, es cuestionado severamente por quienes consideran que dichos embriones criopreservados son personas con derechos personalísimos. Y si plantea la investigación con dicho material, es considerado poco menos que heredero de las prácticas del dr. Mengele, célebre médico nazi…

Si hablamos de la “maternidad subrogada”, utilización del útero de una mujer para llevar a cabo el embarazo de otra u otros, las leyes vigentes y el Código Civil otorga la filiación a la “mujer que diera a luz”, sin importar quienes pusieron sus gametos y poseen la “voluntad procreativa”. Las tan conocidas “nodrizas” o madres de leche que durante el primer año de vida alimentaban exclusivamente al recién nacido no poseían ningún derecho sobre el niño. El colectivo social la consideraba con propiedad “madre subrogada” o contratada. ¿Hay tanta diferencia entre alimentarlo intra útero o fuera del útero?


Hay quienes confunden “inseminación heteróloga” (semen de un donante anónimo) con hibridación (combinación reproductiva de dos especies distintas). De la metodología natural que origina mellizos monocigóticos, hay quienes dicen que siempre se produce la división en el momento del implante, y ello no es tan así. Hay tres variantes, dos, las más frecuentes,  en el estado preembrionario. Si se produce en la primera división mitótica del ovocito fecundado, la división nuclear es seguida por la separación completa de las células del zigoto, hay dos preembriones bien diferenciados, con implante separado, dos placentas. Si se separan más tarde, hay dos masas celulares internas del embrioblasto que comparten placenta y saco coriónico pero tienen diferente saco amniótico. Y si la división es más tardía, en fase embrionaria antes de la aparición de la línea primitiva,  los menos frecuentes, comparten placenta y todos los sacos y membranas.

Hay quienes confunden concepción con fecundación, y hablan de que la concepción puede producirse dentro o fuera de la cavidad uterina (RHA), cuando la concepción, aunque no es un término que utilice la ciencia, marca el comienzo del embarazo, o sea, es sinónimo de anidación o implantación, inicio de la etapa embrionaria de la gestación.

La reproducción humana, a pesar de los extraordinarios avances de la ciencia biológica y las técnicas médicas, aún permanece con áreas por descubrir, mecanismos por entender, desde las distintas posibilidades químicas de expresión o inhibición del genoma, hasta la intimidad de la interacción del trofoblasto embrionario y el endometrio uterino, que no significa de ninguna manera recombinación genética (el embrioblasto permanece absolutamente aislado del endometrio materno).

La RH, la química de la vida en la aventura más apasionante que la mente humana puede imaginar, estudiar, entender, investigar y si es necesario, modificar según arte. Todo un desafío que debe complementarse apoyado y sustentado por la Bioética con sus sabios postulados de Beneficencia, No Maleficencia, Autonomía y Equidad, exclusivamente. Sin otros condimentos, no los necesita.

 Referencias
September 1995Volume 12Issue 8pp 517-523
Pre-embryo Research G. R. Dunstan

2) pre-em·bry·o  (prē-ĕm′brē-ō′n)

A fertilized ovum up to 14 days old, before it becomes implanted in theuterus.
The American Heritage® Medical Dictionary Copyright © 2007, 2004 by Houghton Mifflin Company. Published by Houghton Mifflin Company. .
3) Langman Embriología Médica, T.W. Sadler, 12ª edición




sábado, 6 de junio de 2015

Dos canciones para una buena amiga...

Recuerda que aquí tienes un amigo

Cuando pienses que la vida está de luto
Y no tengas una mano que tomar,
Cuando creas que el camino está cerrado,
Y no juegue la justicia como un par.
Cuando sientas en tu pecho un dolor sordo,
Por la bronca que no encuentra donde ir.

Recuerda que aquí tienes un amigo,
Un amigo que te quiere de verdad.

Cuando pienses en las luces del camino,
Y te cubras de sombras poco a poco,
Cuando creas que se nubla tu mirada,
Pues no llega la sonrisa hasta tu boca,
Cuando sientas en la piel el sol que fuga,
Y el frío penetrando hasta los huesos,

Recuerda que aquí tienes un amigo,
Un amigo que te quiere de verdad.

Cuando pienses que no puedes resistirlo,
Y las piernas te respondan como piedras,
Cuando creas que la noche no termina,
Y se niegue a llegar el sueño bueno,
Cuando sientas la mordida del silencio,
Tus entrañas gruñendo en un abismo,

Recuerda que aquí tienes un amigo,
Un amigo que te quiere de verdad.

Cuando pienses que no estás y que tu cuerpo,
No se expresa al llamado de la sangre,
Cuando creas que no quedan ya salidas
Y te ahogue hasta el aire que respiras,
Cuando sientas que se rompen las palabras,
Y el encuentro te parezca un imposible,

Recuerda que aquí tienes un amigo,
Un amigo que te quiere de verdad.

Cuando pienses que la vida está de fiesta,
Y en la fiesta de la vida no estás tú,
Cuando creas que en el cielo no hay estrellas,
Y no encuentres ni una flor en tu jardín,
Cuando sientas que el olvido es tu remedio,
Y la noche, tu refugio en soledad,

Recuerda que aquí tienes un amigo,
Un amigo que te quiere de verdad.
¡Recuerda que aquí tienes un amigo,
Un amigo que te quiere de verdad!
Un amigo que te quiere,
Un amigo de verdad…

Oda a mis manos


Hay veces que sólo en mis manos confío,
Y de ellas quiero hablarte ahora,
De ellas,  su lenguaje  habla por mí.
Manos germinadas en la quietud uterina de mi madre,
Nacidas para tocar y para ser tocadas,
Para cerrarse con  presión necesaria,
Y que alguna vez golpearon, pero  odian hacerlo.
Que gustan  acompañarme en quietud o movimiento,
Y darme a veces lo que quiero, y otras  lo que no quiero.
Manos que se unen entre sí,  se cuidan y se guardan,
Manos que saben de letras y de música.
Manos que saben estrechar otra mano abierta
Y reconocer  del enemigo al amigo.
Manos que saben cerrarse y blanquear los nudillos,
Pero  desean permanecer abiertas,
Que día tras día y hora tras hora buscan la manera
De completar  la acción y después recogerse
En la calma.
Manos que se helaron, extraviadas,
En el silencio infantil de oscuros templos,
Manos que  saben entibiarse  al calor de las llamas
De un fuego que aprendieron a  encender
Con la misma parsimonia y rapto con que  encienden
La piel solícita y cercana de la mujer deseada.
Manos que cuando se unen completan el círculo
Que protege y  ayuda a convivir con uno mismo.
Manos que saben de gestos, de abrigos, de piel,
Manos que se buscan y se miran entre sí,
Y de tanto hacerlo, buscan otras manos.
¡Buscan las tuyas!
Manos que aprendieron a calmar el sufrimiento,  
Al tocar con adiestrado celo el dolor ajeno.
Manos que escriben lo que ahora voy escribiendo
Y que escribieron antes lo que ya he  escrito.
Manos que toman, que dejan, que estrujan, que alisan,
Manos que se prenden febrilmente
Cuando me encuentro suspendido en el abismo
Y no  sueltan.
Manos que han aprendido a conducir,  y a  veces
A ser conducidas.
Manos con diez maravillosos apéndices.
Manos que saben sostener un arma, pero odian el gatillo,
Que conocen  su poder, y han aprendido a no usarlo.
Manos que hubieran querido aprender a deslizarse
Por el  teclado del piano, y  solas tamborilean
Con la música de Brahms, de  Schubert o Chopin,
Manos que dicen lo que sienten  y lo  expresan con gestos
Más fuertes y  elocuentes que las palabras,
Manos que a veces, ansiosas, se abren y se cierran,
Y se estrujan entre sí, frías, sudorosas.
Manos que tiemblan de rabia pero se aquietan en el placer,
Manos que conservan los oficios que aprendieron en el tiempo.
Manos que al morir,
Entregaría a quien sea, como parte de pago,
Para que  ayuden y acompañen
Como lo han hecho conmigo durante tantos años.
Manos que saben tanto de mí
Como quieren saber de ti.
Manos que nunca olvidarás cuando las veas,
Cuando te vean.
Manos que sabrán halagarte, guardarte, y extasiarte
En los placeres sublimes de la piel,
Manos que sabrán encontrarte,
Y serán ellas, quizá,  las que no te dejen partir.
Manos, siempre ellas, allí están,
donde las quiero, donde las quieras.
Ellas pueden vigilar el reposo de tu sueño,
Ellas dirán por mí lo que quiero decirte.
Sólo ellas son confiables. Confía en ellas.
Cuando se aquieten entre las tuyas lo sabrás,
Porque ellas serán  tus manos entre las tuyas.
¡Mis manos, tus manos!