miércoles, 21 de enero de 2015

Islas Malvinas

         
       (apuntes históricos, disputas,  controversias, contradicciones de la parte argentina a lo largo del tiempo, situación actual)
  
  

    Islas Malvinas, República Oriental del Uruguay.  Entre 1828 y 1833, con cinco años de diferencia, lo que sería con el tiempo la República Argentina (R.A.) perdió los dos territorios. ¿Los perdió? Uruguay nunca fue provincia argentina; perteneció al Virreinato del Río de la Plata, pero nunca a la Confederación Argentina o a las Provincias Unidas del Río de la Plata (P.U.). La Banda Oriental fue, junto con Entre Ríos, Santa Fé y Corrientes las únicas provincias que no concurrieron al Congreso de Tucumán ni firmaron nunca el Acta de la Independencia, en julio de 1816. (Curiosamente, el Acta original desapareció en la época de Rosas y sólo nos quedó una copia de la misma. Ver “Acta de la Independencia” de B. del Carril). El Alto Perú (hoy Bolivia) y no Buenos Aires fue la cuna de nuestra revolución. Sus habitantes combatieron fieramente al español,  tuvieron sus héroes y mártires en pro de la independencia, y fueron actores activos en el Congreso de Tucumán).  Uruguay fue siempre codiciada por los portugueses (Colonia del Sacramento es una ciudad fundada por ellos en el 1600) y en el año 1826 fue parte del Imperio del Brasil como estado o provincia Cisplatina, lo que desencadenó la guerra entre las P. U. y ese país. La batalla de Ituzaingó, ganada por el ejército argentino-uruguayo comandado por el general argentino C. de Alvear, le abrió la posibilidad de dejar de ser brasileña. A pesar de haber perdido la guerra, la presión del Imperio del Brasil de un nuevo conflicto bélico obligó a la Pcia de Bs. As. (a la sazón a cargo de las Relaciones Exteriores de las P.U.) a firmar un acuerdo de paz con el Imperio que exigía la independencia de la Banda Oriental. “Ni mía ni tuya, que sea independiente”. Manuel Dorrego fue el gobernador firmante.

       Las Malvinas nunca fueron territorio efectivo de la R.A, ya que en el año 33, fecha de la usurpación británica, las Provincias Unidas no se habían constituido aún como tal. En esa época era poco el territorio bajo la égida de los gobiernos de turno de Buenos Aires; por el sur terminaba en Carmen de Patagones. Dominaban más territorio los indios. Vernet era un comerciante que regenteaba factorías, nunca fue un verdadero gobernante. Por pagarle una deuda a su socio Pacheco, el gobierno de Buenos Aires le otorgó las islas. Como la ganancia era poca veía con ojeriza cómo los buques balleneros de otros países hacían la “América” en sus costas, hasta que confiscó un ballenero estadounidense para cobrarle peaje. En el río de la Plata no escucharon las quejas de los del norte, y estos se  fueron con sus lamentos hasta Río de Janeiro, no sin antes enviar el buque de guerra Lexington que irrumpió en Puerto Soledad, confiscando cueros que consideraban suyos y otros elementos supuestamente propios que encontraron en los galpones. Fue la poco conocida agresión que sufrió nuestro país a manos de los EEUU, que nunca respondieron a nuestros reclamos. Los norteamericanos propiciaron entonces la soberanía británica, más liberal, e impulsaron el cambio a través de los encargados de negocios británicos en Río de Janeiro. Estos aprovecharon la situación, largamente esperada, se fueron al sur en la corbeta Clío, y echaron de Puerto Soledad a Pinedo comandante de la corbeta Sarandí sin disparar un solo tiro (Pinedo, antes de irse le había entregado la bandera argentina a Juan Simón, capataz de Vernet) e instalaron su bandera, que quedó a cargo de William  Dickson, un empleado irlandés de Vernet, que debía izarla cuando llegaran barcos y los domingos. Tomaron la nuestra y se la devolvieron pacíficamente a Pinedo, asegurándole que “no estábamos en guerra y seguíamos siendo amigos.

       Hay un documento escrito a pedido del Senado norteamericano por  Robert Greenhow (publicado en La Revista de Bs. As. Tomos XII y XIII)  que el Gral Alvear, a la sazón ministro plenipotenciario de Rosas en EEUU le envió a Guido a Río de Janeiro para que lo tradujeran (sic) y se lo enviaran a Manuel Moreno a Londres para ser usado como antecedente para los reclamos. En él puede advertirse que la política de los reyes de España siempre fue seria e integral; nunca permitieron que se les arrebatara ningún territorio. Cómo hicieron primero el reclamo a los franceses, y cómo luego echaron a los ingleses de Puerto Egmont, fue un ejemplo de cómo se hacen las cosas cuando hay verdadero  interés nacional en resolverlas.
Nosotros no tuvimos serio interés en recuperarlas sino hasta mediados del siglo XX (más de un siglo desde la usurpación) y más bien  siempre quisimos evitar romper la amistad que nos unía a la corona británica. A los 11 días de la toma, llegó con la corbeta Sarandí la noticia a Buenos Aires y se reunió un comité con el ministro de  guerra. El capitán Ugarteche fue el único que propuso una reacción inmediata. Con dos barcos y 500 hombres aseguraba el éxito de la recuperación. Los demás no lo apoyaron. Optaron por la vía diplomática, perdiendo  la única oportunidad cierta y viable de recuperarlas, conociéndose luego que el capitán de la Clío que había “tomado” Puerto Soledad se había vuelto a Inglaterra sin dejar ni un soldado; el empleado irlandés de Vernet izaría su bandera, y los británicos no volverían sino hasta el año siguiente. Allí sólo quedaron los hombres de Vernet, entre ellos varios ingleses. Vernet, como propietario, terminó pactando con los ingleses para participar de la explotación de los recursos de las islas (incluso en 1829 le había escrito a Parish, encargado de negocios británico, que “él se sentiría muy satisfecho si el gobierno de SMB toma bajo su protección el establecimiento fundado”).  
         Años más tarde,  el gobernador  Rosas intentó trocárselas sin éxito a los británicos por la deuda de casi 2 millones de libras con intereses impagos  que mantenía el país con Baring Brothers, a raíz de la deuda contraída durante la guerra con el Brasil (ver Actas de la Legislatura de la Pcia. de Bs.As. 1844).

La historia nos muestra que desde que se confiscó Puerto Louis (de la isla oriental o Soledad) a los franceses en 1765, indemnizándolos y quedando unos 40 colonos bajo la nueva jurisdicción española (lugar que pasó a llamarse Puerto Soledad), y desde la expulsión de los ingleses de Puerto Egmont (de una isla adyacente a la Gran Malvina o Malvina Occidental) en 1770, la presencia española fue constante en las islas hasta 1811, circunstancia en que los realistas de Montevideo retiran tropas, barcos y pertrechos para hacer frente a la amenaza de los revolucionarios de Bs. As., abandonando las islas a su suerte. Recién en 1820 el gobierno de Bs. As envía el buque La Heroína bajo el mando del corso norteamericano Jawett, para izar la bandera nacional en Puerto Soledad, frecuentado sólo por buques pesqueros loberos y balleneros, fundamentalmente yanquis y británicos. Y ante ellos un yanqui con patente de corso de Bs. As. izó nuestra bandera por primera vez allí. Luego de unos años se nombró a Vernet gobernador y propietario de las Islas, y en 1829 Martín Rodriguez, gobernador de Buenos Aires, firmó un decreto afirmando la soberanía de la Provincia de Buenos Aires sobre esas islas por herencia directa de España, decreto que el gobierno británico no dejó de protestar.

        Así como las primeras ovejas llegaron a las islas desde el continente (en 1843 una majada fue donada desde Ranchos, por el establecimiento Los Sajones propiedad del británico P. Sheridan), el intercambio fue constante a pesar del supuesto conflicto sobre la soberanía. Santa Cruz fue colonizada por  malvinenses, por expreso mandato del gobierno nacional en 1884, estimulando el intercambio de ganadería, hasta el punto que el primer gobernador nombrado por el PE nacional, el teniente de navío Carlos A. Moyano, terminó casado con una malvinense. (Crónica documental de las Malvinas, H. Gambini).
         El conocido comandante Luis Piedrabuena llevó mucho ganado ovino a las islas, en sus múltiples viajes por la región.
         En la actualidad, descendientes de británicos y malvinenses siguen siendo dueños de establecimientos de enormes extensiones en la Patagonia. Los documentos de los libros de Osvaldo Bayer, así como los de la “Crónica documental de las Islas Malvinas”, de Hugo Gambini, lo señalan.


       Probablemente, la acción militar de 1982  fue el  más grave  paso dado por nuestro país para perderlas, con viso definitivo.
       Los británicos ofrecen actualmente a los isleños la opción de la autodeterminación. No son nuestras, pero tampoco de Argentina. El Imperio del Brasil hizo lo mismo con el Uruguay. Y los pobladores, siempre estuvieron de acuerdo con su independencia. Que sean dos mil o tres mil, y no dos o tres millones, qué diferencia hace? Continuar con el litigio no beneficia a nadie. Aceptar  discutir la autodeterminación con los isleños, su independencia, tanto el Reino Unido como de Argentina, crearía otra relación de las Islas con el continente, en todos los rubros, en todos los ámbitos, y el intercambio, que al día de hoy no existe, nos beneficiaría a ambos.

      Liberamos y luego fueron independientes. Chile, Perú, Bolivia, Uruguay. ¿Por qué no las Islas Malvinas?

      Nos hemos despojado de un sinnúmero de ámbitos donde ejercer la soberanía nacional (Aviación, energía, comunicaciones, vigilancia de fronteras, grandes extensiones de territorio continental en manos extranjeras, ahora la megaminería, etc.) y terminamos defendiéndola sólo a través de las Islas Malvinas,  con resultados evidentemente nulos o contraproducentes.


       Creo que el primer paso debería tender a  correr a la Gran Bretaña de la ecuación, y luego  revisar todos los conceptos que involucran a nuestro país y a los isleños, con mente amplia, sin prejuicios, y analizar  nuevos caminos, posibles, constantes, sin atajos ni exabruptos, para resolver este conflicto. Una cuestión de Estado que demanda una política de Estado, incluyendo la opinión de nuestra población mediante plebiscito. Tal y como una cuestión de límites, ni más, ni menos.

            A los héroes, combatientes o no en Malvinas, todo el reconocimiento necesario. Pero sin olvidar que para un futuro posible de esta cuestión, debe primar el auténtico interés nacional por sobre el reclamo patriotero y nacionalista a ultranza, reconociendo y aceptando como propios todos los errores y claudicaciones que se fueron sumando en la materia desde 1833 hasta la fecha.

Un ejemplo que nos deja la historia:

Declaración Conjunta sobre Comunicaciones de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Buenos Aires, 1º de julio de 1971”. Firmada por el ministro Juan Carlos Beltramino, jefe de la delegación argentina y el ministro David Aubrey Scott, jefe de la delegación británica.
(De Crónica Documental de las Malvinas, dirigida por Hugo Gambini)

Ambas delegaciones deliberaron entre el 21 y el 30 de junio en Buenos Aires sobre “comunicaciones y movimiento” entre el territorio continental argentino y las Islas Malvinas. En la delegación británica participaron los isleños. El marco era la Resolución 2065 de la ONU y las negociaciones que ésta recomendaba entre ambos países, y de conformidad con las cartas que estos países enviaran al Secretario General el 21 de noviembre de 1969 y el 11 de diciembre de 1970.
“Los delegados llegaron a la conclusión que, sujeto a la aprobación de los respectivos gobiernos, deberían ser adoptadas las siguientes medidas (detalladas en 18 puntos), en el entendimiento de que ellas puedan contribuir al proceso de una solución definitiva de la disputa sobre las Islas entre los dos Gobiernos a la que se refiere la Resolución 2065 antes mencionada”.
1) Comunicaciones entre el territorio continental y las islas, incluidas las relativas al movimiento de personas...
2) El Gobierno argentino entregará documento a los residentes de las islas sin referencia a la nacionalidad  para que puedan trasladarse al territorio continental, y viceversa.
3) Loa isleños no abonarán derechos e impuestos al Gobierno argentino por sus actividades en las islas, ni por sus servicios relacionados con las comunicaciones y viceversa, el Gobierno británico con los continentales.
4) Los residentes de las islas estarán exentos de abonar derechos e impuestos por equipaje, automóvil y efectos del hogar en tránsito hacia el extranjero o hacia las islas.
5) Los isleños que se radiquen en territorio continental podrán por única vez ingresar sin abonar derechos o impuestos todos sus efectos personales y del hogar y un automóvil, y viceversa.
6) Los gobiernos facilitarán en ambos sitios el tránsito, la residencia y las tareas de personas directamente relacionadas con las medidas prácticas adoptadas para promover y realizar las comunicaciones y movimientos.
7) El Gobierno británico tomará medidas para establecer un servicio marítimo regular de pasajeros entre las islas y el continente, y
8) el Gobierno argentino hará lo mismo con un servicio aéreo.
9) El servicio aéreo será con aviones anfibios hasta la construcción del aeródromo en puerto Stanley.
10) Ambos gobiernos cooperarán para simplificar las prácticas reglamentaciones y documentación para facilitar las comunicaciones.
11) El Gobierno argentino exime de cualquier obligación sobre servicio militar a los isleños.
12) Ambos gobiernos tomarán medidas para intensificar el comercio y mayor fluidez en transacciones comerciales.
13) Ambos gobiernos tomarán las medidas necesarias para que las comunicaciones postales, telegráficas y telefónicas sean lo más eficientes y expeditivas posibles.
14) Las tarifas de éstas serán iguales a las internas del lugar de origen de las comunicaciones.
15) Los sellos delas comunicaciones postales serán cancelados con un sello que se refiera a esta Declaración conjunta.
16) El Gobierno argentino estará dispuesto a cooperar en los campos de la Salud, Educación, Agrícola y Técnico en respuesta a cualquier requerimiento por parte de las islas. Habrán plazas en escuelas públicas para residentes de las islas y becas que promocionarán oportunamente.
17) Las conversaciones continuarán a través de los canales diplomáticos habituales, próxima reunión en Puerto Stanley en 1972.
18) Si un Gobierno decidiera dejar sin efecto estas medidas deberá anunciar al otro tal decisión con seis meses de anticipación.  
Al leer esos 18 puntos se puede inferir que el camino que trazaba esta Declaración Conjunta era el posible, el viable, el único con base de entendimiento y mutuo respeto, sobre todo respeto a la gente involucrada, los isleños y los continentales. Casi apodados así,  bienvenido ese apodo, ya que llamarnos residentes de las islas y residentes del territorio continental fija el marco de una identidad común, sólo diferenciada por el mar y el aire intermedios, que actúan separando pero uniendo al mismo tiempo.
 Esta Declaración fue hecha once años antes de la guerra que destruyó toda posibilidad de comunicación y reconocimiento mutuo. Ahora, a más de 30 años de la guerra, revisar y revalorizar esta documentación, dándole nueva vida, debería  ser tenida en cuenta para imaginar un nuevo punto de partida buscando el entendimiento entre los “isleños” y los “continentales”.
Lamentablemente, puede comprobarse que, oficialmente, vamos por otro camino.

APÉNDICE I

ISLAS MALVINAS                                               

He tenido acceso y he leído The falkland islands history en español, Mas Allá de la Historia Oficial, la verdadera historia de las Falkland/Malvinas, documento utilizado por los británicos en la discusión a nivel diplomático en 2007. Me impresionó la contundencia de los datos que presentan, los documentos adjuntos y las referencias que ofrecen, por ejemplo, la firma en 1850 del tratado de "perfecta paz y amistad" entre los dos países durante el gobierno de Rosas, donde no quedaba "ninguna cuestión pendiente entre ambas potencias". En Argentina se minimiza o ignora este hecho, y a Rosas se lo tiene como un ejemplo del nacionalismo más rancio y puro. Me conmovió también el tema del "mapa Latzina", hecho en 1882, que no dejó de ser un reconocimiento oficial de la extranjerización de las islas (En este mapa, confeccionado por el ente oficial argentino de entonces, y del que se hicieron 100.000 copias distribuidas por todo el mundo, las islas están “teñidas” con mismo tono y color que los países limítrofes como Uruguay y Chile. Las islas Picton, Lenox y Nueva, también comparten ese color, y el “mapa Latzina” fue utilizado con éxito por los chilenos en el conflicto del Beagle de 1978). (ver en la web mapa Latzina)


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En la reseña histórica de H. Gambini no se mencionan ni el “mapa Latzina” ni el documento de “perfecta amistad” firmado por el ministro de Rosas en 1850. 

Y hay otro dato curioso que señala la Crónica Documental de las Malvinas, de Gambini: En los años 1930, dos malvinenses sacaron la cédula de identidad en BsAs en la Policía Federal, y les consignaron como lugar de nacimiento: Inglaterra. Todavía los están buscando para corregir ese error…

         En esta historia, que podríamos  comenzarla con las invasiones inglesas de 1806 y 1807, los autóctonos o criollos tomaron con simpatía la llegada británica pues, aunque luego la combatieron con fiereza y ganaron en La Reconquista y Defensa de Buenos Aires comandados por nuestro ignorado y vilipendiado héroe don Santiago de Liniers, no dejaban de tener en cuenta que el verdadero enemigo era el español. Fue así que algunos de nuestros próceres, los hermanos Rodríguez Peña a la cabeza, liberaron a Beresford y a Pack de su prisión en la Villa del Luján, y siguieron manteniendo fluidas relaciones con el gobierno de SMB luego de la revolución de 1810. Y no dudaron en ejecutar sin piedad a Liniers, héroe de la Reconquista y Defensa de Bs. As. por  su decidida lealtad y fidelidad a la Corona Española. (ver Las cuatro horas del general, reseña histórica en este mismo blog).

         Gran Bretaña fue el primer país europeo en reconocer nuestra independencia en 1824. Lord Canning contaba hasta hace poco con el nombre de una calle de Bs. As (hoy Raúl Scalaabrini Ortiz). Luego de la toma de 1833, que no fue militar (el empleado irlandés de Vernet quedó a cargo de elevar la bandera los domingos y ante llegada de barcos), quedaron los colonos que querían hacerlo y sólo un año después GB colonizó efectivamente un sitio adyacente a Puerto Soledad. Se respetó la propiedad a Vernet (por un tiempo), y él mismo adhirió a la soberanía británica sobre las islas. Cundo el gobierno de Bs. As. tomó conocimiento de los hechos tras la llegada de la corbeta Sarandí,  sólo el capitan Ugarteche tuvo la idea de mandar dos barcos con 500 hombres para recuperarlas. Sabia decisión, que el gobierno de Bs.As. no escuchó. En los diarios de entonces preocupaba más cómo seguirían nuestras relaciones con una nación "tan amiga nuestra"... Diez años después desde un campo de la Provincia de Bs As se enviaron a las islas majadas de ovejas, donadas por su dueño, inglés. (¿Y la soberanía? Bien, gracias). En 1844,  (tengo un ejemplar original del Diario de Sesiones), la Legislatura de la Provincia de Bs As recibía comunicación del gobernador Rosas: Sesión del 15 de mayo de 1844: Éste gira una nota a la Legislatura del Sr. Falconnet, apoderado de Baring Brothers, donde este señor decía: "Hace un año que tuve el honor de contestar á la nota que V.E. se dignó dirigirme, proponiéndome, á nombre del Gobierno de Buenos Aires, la cesión de las islas Malvinas, como medio de transacción por el pago del dinero debido a mis comitentes". El gobierno británico y BB habían declinado la oferta, y Falconnet venía a pedir que le pagaran un anticipo, aunque sea $ 5000, tal como el gobierno de Bs As. había pactado con los franceses.
Luego de la batalla de la Vuelta de Obligado,  llegamos a 1849-1850 con el cierre definitivo de cualquier disputa entre el gobierno de la Confederación Argentina y el Gobierno de SMB. La amistad con el gobierno de SMB avanzaría casi un siglo sin contratiempos. En 1884 se funda el territorio nacional de Santa Cruz, y el gobierno nacional comisiona a su primer gobernador Capitán de navío Moyano a realizar gestiones para que los isleños ayudaran a colonizar ese territorio casi desierto, lo que aceptaron varios de ellos. Y trajeron ovejas, que pagamos en ...peniques. (El Sr. Moyano, como no podía ser de otra manera, terminó casándose con una hermosa señora isleña, y vivieron felices en el continente, pero viajando con frecuencia a las islas para visitar a los suegros e intercambiar ganado ovino).

         La guerra de 1982 fue un acto demencial, desencadenado por la más cruel dictadura que padeció la Argentina en toda su historia,  con duras secuelas   para ambos pueblos, tanto isleños como continentales. Y sus héroes caídos merecen nuestro más respetuoso reconocimiento. Pero terminó hace más de 30 años. Y la realidad actual es muy otra a la de antes del 82.  "Alternativa Malvinas" (a la que he adherido), propone una nueva visión del conflicto, en cuyas bases se les da cabida no sólo a los intereses sino también a los deseos de los isleños. La decisión de autodeterminación es históricamente inobjetable. El plebiscito es un planteo inteligente que debería obligar a la ONU a sentarlos con entidad propia en la mesa de negociación. Mesa en la cual hay que discutir el futuro de la región, en muchas materias, con cooperación, integración y respeto mutuo. Otro tratado de 1850, de "paz y perfecta amistad", esta vez entre isleños y continentales. Honra y recuerdo siempre vivo a los héroes caídos en combate y civiles victimas, pero visión de un futuro de cooperación entre iguales. Sean 3000 o 40 millones.

Apéndice II

Para tener en cuenta y comparar, con sus similitudes y sus diferencias:

 Tokelau (Wikipedia)

Tokelau es un archipiélago ubicado en Oceanía, al sur del océano Pacífico, y consta de tres atolones llamados AtafuNukunonu y Fakaofo y unos 125 islotes que abarcan un área de 10 km2 y cuenta con cerca de 1.400 habitantes2 . Es un territorio dependiente administrativamente de Nueva Zelanda y uno de los 16 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es eliminar el colonialismo. (ver más en la página de Wikipedia)



                                                                                                                                                                                                           

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domingo, 11 de enero de 2015

La Hora de la Yegua o El Ocaso del Dragón

                                                       El camino de la Tierra, ¡cuán entregado es por cierto! Acoge al Cielo dentro de sí, y actúa a su debido tiempo: Cuando lo posible (Lo Creativo) se vuelve real ( Lo Receptivo). I Ching.

                                     I

          Año 1969: Hacia un semifinal de la especie
                                                         Sólo a la hembra le está      reservado el supremo secreto de la vida. Al macho, aceptarlo con dignidad y, mientras pueda, acompañarla.



                               "Supongamos que por casualidad o premeditadamente, algún representante del sexo femenino de la especie humana descubre el método de separar, sin posibilidad de error, los espermatozoides x de los espermatozoides y del semen humano. Supongamos que también decide cultivar en gran escala células vivas de testículo humano, y que de esos cultivos obtiene una producción suficiente de espermatozoides x como para inseminar, en un momento determinado, a todas las mujeres fértiles del planeta. Supongamos que éstas adhieren al proyecto de reproducirse artificialmente, prescindiendo de la relación íntima con el sexo masculino. Una hija por cada una bastaría para prolongar la especie con el sexo femenino, exclusiva e indefinidamente. Y el hombre, en dos o tres generaciones, unos cien años o poco más, desaparecería irremediablemente de la faz de la tierra. O quizá quedarían algunos ejemplares para proveer de materia prima a los cultivos productores de espermatozoides." (1)
                                            El doctor Y, médico joven con pocos años de recibido, de fértil imaginación y prolongados desvelos, enciende tal vez el último cigarrillo de la noche, camina hasta el baño mientras la luz de la luna se cuela a través de la ventana de la terraza, iluminando pálidamente el silencioso ambiente a las tres de la mañana. El texto queda prendido a la máquina de escribir; se acuesta aún fumando y ya piensa en su actividad, en su dura profesión, mucho más inmediata, ya que antes de las ocho de la mañana deberá estar trabajando en el Hospital.
                                                En algún momento, cuando tenga tiempo, quizá vuelva a leer lo que dejó escrito en esa hoja y a meditar sobre ello. Tal vez.


                                                II


            Año 2025 (9): El ocaso del dragón (Ch'ien).

                                     En la Sala de Conferencias del Ministerio de Salud, reunidos con el ministro los secretarios, científicos, técnicos, empresarios, sindicalistas, religiosos, en fin, dirigentes varios representando una gran mayoría entre las fuerzas vivas de esa comunidad.
                                      El técnico en Demografía extiende unos gráficos, mientras confirma datos en la computadora, que zumba suavemente a un costado de la mesa de reuniones.
                                         -En distintas ciudades de nuestro país el problema, si podemos llamarlo así, es de crecimiento logarítmico. En otros lugares, el avance es menos acentuado, pero en todos los sitios estudiados las cifras dan un sostenido aumento. Como ustedes pueden apreciar en este gráfico- y señala unas columnas cada vez más altas, paralelas a otras cada vez más bajas-, en los últimos cinco años, la proporción ha evolucionado de 2,4 a 1 a 5,1 a 1. La tendencia es muy firme. No hay posibilidades de error en nuestros cálculos. Además, cualquier médico obstetra o de niños, partera o maestra jardinera lo puede confirmar, porque la diferencia ya es un hecho.
                                            -De mantenerse este ritmo, ¿cuándo se podría considerar irreversible?- pregunta el ministro.
                                              -Eso dependerá de la causal del fenómeno. Si sigue actuando sin interferencias, liberada a su completo desarrollo y expansión, calculo que en unos cincuenta o sesenta años la proporción podría estar en 99 a 1. Pero esta proyección es aproximada, ya que habría que tener en cuenta otros factores que irán agregándose al suceso, seguramente con consecuencias más serias, ya que las tasas de natalidad caerán abruptamente ante la bajísima proporción de hombres con respecto a las mujeres.
                                             -¿Raíces probables de este acontecimiento, señores?- y la mirada interrogante del ministro llega hasta tres personas de guardapolvo blanco. El de mayor edad, doctor en Genética responde:
                                               -Los niños que hemos estudiado, desde el punto de vista genético, son absolutamente normales; sus padres también. Los espermatozoides de los adultos estudiados, también cuentan con material cromosómico totalmente normal. El tema, aparentemente, no pasa por la Genética. Nuestros colegas de Reproducción Humana y los de Ecología y Medio Ambiente también han estudiado esto y pienso que algo tendrán para decirnos.
                                      El más joven, sentado a la derecha de quien hablara, se pone de pie, se acerca al pizarrón, a espaldas del ministro y comienza:
                                       -Hemos estudiado "in vivo" la reproducción humana. El esperma ha resultado absolutamente normal. Para quienes no lo saben, diré que en el esperma de todos los animales, incluidos nosotros, hay dos clases de espermatozoides: Los x y los y. Los primeros, casi iguales genéticamente al óvulo, al unirse con éste producen una hembra xx; los segundos, con importantes diferencias genéticas en el cromosoma sexual, producen un macho xy. Ahora bien, si los espermatozoides son normales en su gran mayoría, y cuentan con una proporción de 50% y 50%, los productos o sea, los embriones, deberán mantener aproximadamente esa proporción. Así fue siempre. Pero esto es lo que no está sucediendo de un tiempo a esta parte, ya que hemos comprobado, y no una sino cientos de veces, que los espermatozoides y disminuyen su vitalidad y movilidad inmediatamente de ser emitidos. Y el contacto con secreciones genitales femeninas, incluida la membrana externa ovular, literalmente los destruye. Los disuelve sin remedio, ya que ni siquiera "in vitro" y luego de cientos de lavados, logramos fertilizar óvulos con estos espermatozoides. Todas las drogas conocidas o sustancias potencialmente tóxicas, radiaciones o cambios ambientales físico-químicos que hemos estudiado junto con los técnicos de Ecología y Medio Ambiente aquí presentes, y ellos lo pueden corroborar- algunas cabezas hacen gestos afirmativos-, buscando alguna relación causal directa con este fenómeno, han dado resultados tan pobres que debemos considerarlos negativos. Nuestras conclusiones, por ahora, sugieren que han habido algunos cambios intrínsecos en los espermatozoides y que aceleran exageradamente su metabolismo y reducen su fugaz existencia a una mínima expresión. Si le agregamos la natural agresividad del medio femenino hacia ellos, colaborando con su rápida destrucción, bueno, los resultados están a la vista. Tampoco existiría un exceso del compuesto denominado undecanal – que es un antagonista que bloquea el efecto del bourgeonal-, ni habría errores en el olfato de los espermatozoides y, ya que sus receptores olfatorios responden siempre satisfactoriamente al llamado del bourgeonal (2). Entonces, creemos que el verdadero origen de este fenómeno aún permanece en las tinieblas del conocimiento humano, y esa carencia, lamentablemente, nos impide elaborar una estrategia que sirva como adecuada respuesta a esta curiosa manifestación de la naturaleza- y dando por finalizada la disertación, suspira y regresa a su asiento.
                                             -En parejas que han procreado varones, los estudios han dado resultados mínimamente alentadores- comienza otro doctor -. Pero percibimos una tendencia a inclinarse hacia ese estado, llamémoslo así, de claudicación o rechazo. Estudios de varones de estos últimos cuatro o cinco años nos indican que cuentan positivamente con mayores posibilidades de que las futuras concepciones sean del sexo femenino.
                                             -Un muestreo al azar- intercala el demógrafo- con las reglas clásicas estrictamente seguidas, nos indica que, tanto en medios urbanos como rurales, cinco de seis mujeres en edad fértil se encuentran en condiciones de reproducirse exclusivamente a través del sexo femenino. Y de las que aún pueden producir varones, la tendencia es de aproximadamente uno en diez embarazos. Si esta situación no se revierte a corto plazo, señor ministro, significará el final del sexo masculino en un plazo no mayor de un siglo.
                                            -En otros animales, ¿se tienen noticias de que esté sucediendo algo parecido?- pregunta el ministro al biólogo presente.
                                             -No, señor; no hay ningún dato que sugiera nada similar en el resto de la reproducción animal. La especie humana tiene el privilegio - y sonríe con un dejo de melancolía - de semifinalizar de esta curiosa manera.
                                               -Con la bomba atómica por lo menos hubiéramos desaparecido juntos- completa algún funcionario ofuscado.
                                               -¿Por qué semifinalizar, doctor? ¿Cómo cree que termina esto?- pregunta algún desprevenido de la audiencia.
                                                -De la única manera que lo veo factible ahora, salvo que tomemos la decisión drástica y apretemos el botón de una buena vez...


                                        III

              Año 2130 (6): La hora de la yegua (K'un).

                                           En un Hospital de alta complejidad, la doctora X reunida con su equipo de colaboradoras en el salón anexo a su despacho. Todas ellas son mujeres. Como quienes se encuentran en la recepción, en las tareas de mantenimiento, en el área de servicios, en los quirófanos; hasta en las ambulancias de paramédicos... Como son todas las personas que se atienden allí. Como lo son quienes deambulan por las calles, circulan en vehículos por la ciudad, comen en los restaurantes, se divierten en los cines y teatros, deciden en las oficinas públicas, compran y venden en los comercios, en las empresas, pequeñas o gigantescas. Como lo son quienes, formando pequeños núcleos familiares o grupos comunitarios, residen en diminutos departamentos, grandes casas o petit-hoteles.
                                      -Debo comunicarles que hemos logrado viabilizar el proyecto-comienza anunciando-. He recibido informes muy alentadores de los otros Centros Experimentales, y, superada la última barrera biológica, de ciento cuarenta y ocho experiencias piloto, más de cien han dado resultado positivo. Estamos logrando lo que la ciencia ni soñaba cien años atrás, y apenas imaginaba posible hace cincuenta años. La imperiosa necesidad de perpetuarnos nos llevó a tomar la decisión de avanzar sin dudas por este difícil camino. Es por todas ustedes conocida la dificultad que tuvimos para almacenar suficiente cantidad de material reproductivo masculino- y al mencionar al compañero extinto, un silencio absoluto se adueña de la Sala. La voz suave pero firme de la doctora X vuelve a apoderarse de la audiencia:
                                         -Cultivos de tejido testicular fueron harto insuficientes; en algunos Centros las normales radiaciones dispersas en el medio ambiente fueron suficientes para inactivarlos hasta destruirlos. En pocos años, como ustedes saben bien, debido a la alta demanda, se convirtieron en preciosísimo material por su significación, fragilidad y rareza, y apenas pudimos inseminar una de cada mil quinientas mujeres en edad fértil, y ello una vez en la vida-. Bebe de un vaso un largo trago de agua, carraspea y luego retoma la conferencia:
                                         -Como les informaba al principio, hemos superado las dificultades que nos oponía la biología natural para lograr la fertilización del óvulo con material nuclear de otro óvulo, haciendo realidad el Trasplante Pronuclear (3), donde todos los genes nucleares, o sea, ambos juegos de cromosomas haploides, provienen del sexo femenino. Son los cigotos denominados ginogenéticos, cuya barrera natural era que mostraban desarrollo embrionario relativamente satisfactorio, pero muy deficiente de las membranas y placenta. Y en el pasado, los experimentos no resultaron viables. Porque los cromosomas derivados del hombre y de la mujer, por lo menos algunas porciones del material genético de ellos, resultan imprescindibles para el desarrollo normal del embrión, sus membranas y la placenta. Del estudio del material genético masculino haploide con que contamos -espermatozoides x - pudimos reelaborar, trasladar y modificar los genes esenciales del material haploide femenino para que uno de ellos fuera idéntico, genéticamente, al espermatozoide x. Esto no es para nada clonación, y cada embrión es único, parecido sólo a sí mismo, y cuenta con dos progenitoras distintas, que le proveen, cada una, su mitad genética. El modificado funciona como un espermatozoide x. El otro, como siempre, es el óvulo receptor. La única diferencia con las anteriores fertilizaciones asistidas, es que de esta manera, ambos padres son femeninos.
                                         Otro momento de incondicional silencio se apodera de la Sala. Las colaboradoras han escuchado con crecida atención, comprendiendo las inevitables e inexorables consecuencias de los hechos relatados. La doctora X finaliza expresando en voz alta sus más íntimos pensamientos:
                                         -No vayan a creer que esta situación fue producto de alguna actitud feminista a ultranza, o de rechazo final al sexo masculino, aunque alguna puede sentirse justificada al pensar así-. Varias sonrisas surgen en los tensos rostros, y algunas cabezas se mueven afirmativamente-. Aún siguen oscuras las causas por las cuales nuestras antecesoras, en un momento determinado de la evolución, comenzaron a ser fertilizadas exclusivamente con espermatozoides x, y se perdió la capacidad para hacerlo con los espermatozoides y. Lo demás, todas ustedes lo conocen muy bien. Este último paso, trabajosamente logrado, no ha sido más que el resultado de una búsqueda desesperada por mantener viva a nuestra especie.
Finalizada la reunión, cada una, sola, en pareja o en grupo, se aleja hacia su lugar de trabajo. Quedan solamente la doctora X y una colaboradora bastante allegada a la experiencia, quien, poniéndose lentamente de pie, se le acerca con una sonrisa enigmática en el rostro. Ante el gesto de interrogación de su jefa, pregunta:
                                      -Doctora, tengo una duda desde que comenzamos con esta investigación...
                                       -Sí, dígame lo que sea.
                                       - Sé que actualmente no es posible lo que estoy pensando, pero... si hemos logrado dar este paso tan trascendente, podríamos luego dar el otro, para volver a ser como éramos antes...
                                         -No le comprendo bien... explíquese mejor-. La doctora X observa con curiosidad a su joven colega. Interesada, se sienta en una silla, y la otra médica seguidamente la acompaña. Luego la mira directamente a los ojos y avanza:
                                         -Si hemos podido modificar al material cromosómico haploide femenino, convirtiéndolo en un símil del espermatozoide x, también podríamos intentar transformarlo genéticamente en espermatozoide y, ¿no le parece, doctora?
                                          -Es mucho más difícil... Tiempo al tiempo, doctora. Usted va demasiado rápido; su planteo no está dentro de nuestros objetivos prioritarios, y en ese sentido debemos primero afirmarnos nosotras, como Sociedad Femenina, antes de hacer experimentos que puedan alterar este equilibrio tan dificultosamente logrado...
                                            -Entonces, lo que usted nos explicó con respecto a...
                                       -Vamos a trabajar, querida, que ya se ha hecho tarde- y la doctora X se pone de pie, sin esperar respuesta. Se aleja por el pasillo, inundado ahora por el sol de la media mañana, con pasos firmes y rápidos, flameando a los costados el guardapolvo abierto, hasta que una puerta de vidrio vaivén la devora con un golpe rutilante de enceguecedora blancura.






Referencias:
(1) En el año 2007 ya se anuncia en los países del norte la aplicación de una técnica segura para separar los espermatozoides x de los y. (La Nación, Ciencia y Salud, ...2007)
(2) Science: Marc Spehr, Universidad Bochum-Ruhr, Alemania.
(3) Cl. Ped. de N.A. vol 2 1992- Genética Médica. Pág. 331: Herencia no Tradicional, K.Duffin Austin y Judith G Hall

domingo, 4 de enero de 2015

Boom etílico

Hace unos cuantos años, para ser más precisos tres años antes del colapso argentino estrepitoso al ritmo de cacerolas, bastonazos policiales, huídas incomprensibles, muertes absurdas y festejos vergonzantes, en Página 12 de Buenos Aires Horacio Cecchi nos dejaba una serie de artículos con el título de la presente. Decía Cecchi:

“No van a cafés sino a Wine bars. Hacen cursos de degustación para saber cómo y qué tomar. Algunos son entendidos; otros apenas snobs que  que se lanzan a comprar obsesivamente desde el decateur hasta el recogegotas o el termómetro para botellas. Buenos Aires se ha sumergido en el rito del buen vino y busca aprender a cualquier precio a tomar. Y hasta a escupir.”

Desde un costado informa del léxico del bonvivant, más allá de que “el vino no sólo entra por la boca”, y lo que se aprende en los cursos de degustación, las novedades del sacacorchos de uno o dos impulsos, cestillos plateados, apoyabotellas de níquel, termómetros para introducir en el envase, y finaliza con una serie de CONSEJOS PARA NO HACER PAPELONES:

“Usted en un bonvivant de cinturón ajustado. Más allá de sus tropiezos y vértigos cotidianos, sometido a las decisiones economicistas del más alto nivel, ha decidido recoger alguna mínima semilla de todos sus esfuerzos: beber un buen vino cuando la ocasión y el bolsillo lo permitan. Los siguientes son algunos secretos, recomendados por expertos y para seguir al pie de la letra, que le permitirán completar el placer del paladeo con una imagen de seguridad enológica que abrirá relaciones nuevas e inesperadas puertas.

    En principio, es preferencial un restaurante o bar donde la carta de vinos tenga, al menos, seis hojas o doce páginas:
·           No elija lo más caro, ni por marca. El primer punto prácticamente no tiene límites. El segundo lo puede llevar a un mal trago. No importa que la bodega tenga doble apellido. Si es posible, consulte a un sommelier.
·                  Está absolutamente en condiciones de romper los mitos y pedir un tinto para acompañar un plato de mar. El secreto es que algunos pescados, como el salmón rosado son grasosos, y el blanco no tiene tanino, sí el tinto. El tanino es el que raspa la grasitud en la boca y el esófago y permite saborear el vino. El blanco en un pescado grasoso no se va a descubrir.
·                    Mientras el mozo parte en busca de la orden, explique su extraña elección (tinto/salmón) a su acompañante, afirmando que el tanino se concentra en el hollejo de la uva y es lo que le da el color al vino. Agregue, tras un breve intervalo que alimentará la curiosidad, que el hollejo de la uva blanca se quita porque no tiene tanino. “Justamente por eso es blanca”, afirme con voz pausada y sin temor. “En cambio el hollejo de la uva tinta es puro tanino”.  Si es hombre, provocará una sonrisa de deseo en ella. Si es mujer, considere ganada la partida: usted es única.
·                 Jamás tome la copa por la base sino por el tallo o todo lo dicho y hecho hasta el momento se desmoronará inevitablemente. Si su acompañante lo hace, mantenga el rostro impasible, sea tolerante del desconocimiento, y sólo dé el ejemplo mediante sutiles y silenciosas indicaciones gestuales.
·                       No se apure a dar el sorbo. El vino debe descansar. Deberá soportar la presión del mozo y de su marido/esposa no experto/a.
·                         Si usted es hombre, desaire al mozo habilitando a su mujer a probar el primer sorbo. Deberá acordar con ella previamente. En Francia ya se usa.
·                         Observe primero el color, inclinando la copa y sin volcar. Que sea cristalino, brillante, recuerde que el vino tiene piernas, pequeñas lágrimas que surgen al inclinar y levantar la copa. Indican la concentración de alcohol. Cuanto más piernas, mejor.
·                          Después de observar, eche por tierra la formalidad y hunda su nariz en la copa. Hundir es hundir. Frunza el entrecejo y medite como un catador para eludir miradas.
·                       Si pasó el trance airosamente, el tercer paso, el gusto, será tan solo cosechar miradas de admiración entre los comensales, y susurros de aprobación entre el sector gastronómico. Incline suavemente la copa en sus labios y pase a lo que siempre supo hacer: tomar vino.
·               Encienda un habano (ahora no se puede adentro. N del T), recoja aplausos y esté preparado para críticas infundadas.

EPÍLOGO


       Mi primer contacto con esta seductora bebida, que yo recuerde, fue a los doce años, un mediodía caluroso en una fonda de Santos Unzué, un pueblo situado en el centro de la provincia de Buenos Aires. Luego de un arreo de negros y gordos novillos desde la “Laguna del Cura”  (unas dos leguas y media con varias horas de tropeo), una vez cargados los animales en las jaulas del tren rumbo al mercado de hacienda, concurrimos los troperos a almorzar antes de emprender el regreso. Vino y soda regaban un sabroso y cargado asado de oveja. Al terminar de comer, mis acompañantes se levantaron como un solo hombre de la mesa y partieron alegres a los gritos y rebencazos contra el suelo de ladrillos en busca de sus caballos. Escuchaba ya sus galopes mientras  intentaba ponerme de pie. La fonda parecía haberse convertido en  la cubierta de un barco en el medio de una tormenta. Sosteniéndome de los salientes que encontraba a mi paso, salí al sol deslumbrante y encontré al Muñeco atado al alambre de acero del palenque. Él me miró con curiosa resignación, agachando la cabeza en busca de una mata de pastos. Le hablé en una media lengua irreconocible, monté en él no sé cómo y partimos hacia la Laguna al paso manso. A las pocas cuadras, bajé para vomitar a la sombra de su panza, amparado por su paciencia equina. Avanzábamos en zigzag con piloto automático. Por momentos él se detenía para arrancar flores de cardos que mordía al compás de la coscoja del freno con deleite. Hubo varias detenciones obligadas por el deslizamiento de mi cuerpo hacia el suelo impulsado por la obligatoria ley de gravedad,  o simplemente caídas. El Muñeco se detenía y esperaba con sus cuatro patas quietas mientras yo vomitaba hasta el alma debajo de su panza que goteaba sudorosa. Volvía a subir reptando hasta lograr el equilibrio necesario  y acomodarme en el recado y así transcurrieron las horas de la media tarde hasta arribar a “las casas”. Mi conciencia crepuscular sólo estaba concentrada en el Muñeco y en su paso cadencioso. La odisea de abrir dos tranqueras desde arriba al llegar a la estancia, no la recuerdo. Rodeamos la casa hacia el monte de perales y allí se detuvo, y así como él se detuvo, así caí definitivamente sobre un lecho de pastos, inconsciente. Sé que alguien salió, me encontró y me alzaron entre varios hasta la cama. A la mañana siguiente desperté con la cabeza que se me partía en dos y la náusea me acompañó como perrito faldero todo el día. Salí, busqué un morral y en el depósito del gallinero lo llené con granos de maíz, robado a la ración de las gallinas del casero. Encontré a mi amigo en un potrero cercano, permitió que me acercara y le calcé el morral. Masticaba con goloso crujir de granos, y cabeceaba como saludando al tiempo que empujaba el maíz dentro de su boca… “¡Cuando los viejos se enteren…!”, pensé de súbito, y sucedió lo inevitable. Tuve dos años de obligada abstinencia hasta volver a probar esta seductora bebida. Es por esto que el “boom etílico” nunca llegó a sorprenderme, ni tampoco me alteró el hábito inveterado del “vaso de tinto con dos golpes de soda”. Ah, sí, dos golpecitos nomás…

sábado, 3 de enero de 2015

Viaje hacia otro despertar...

¡Oh, si no viviera yo en esta quinta generación de hombres, o más bien, si hubiera muerto antes o nacido después! Porque ahora es la Edad de Hierro. Los hombres no cesarán de estar abrumados de trabajos y de miserias durante el día, ni de ser corrompidos durante la noche, y los Dioses les prodigarán amargas inquietudes. Entretanto, los bienes se mezclarán con los males.  Hesiodo (~800 AC?) Los trabajos y los días. Libro I


SEÑALES

Están. Están desde siempre, creo,  como signos que esperan convertirse en  designios. Exigencias no exigidas que esperan transformarse en funciones y trabajos, funciones y trabajos cuyos significados van a trastocar la realidad personal para poder expresarse sin velos ni subterfugios hacia  la otredad. Y al transformar la realidad, actuar como quien traspasa un velo desconocido hacia otra dimensión, otras dimensiones…

FUERZAS

Están detrás de las señales. Aceptarlas es aceptarse  uno mismo, más no “en lo mismo, insistiendo en lo mismo,  encerrado en sí mismo”. Las Fuerzas se evidencian de múltiples y variadas maneras, por momentos tan intensamente que resultan ineludibles. Está en uno percibirlas y sentirlas parte de uno, o ignorarlas y seguir “igual con lo mismo”. Cuando se empieza a entender esto, se tiene la certeza de que la búsqueda terminó. Y entender significa  aceptar las funciones y los trabajos que se deben cumplir. Cumplir no porque las fuerzas lo exijan. Al cumplir con una función “asignada” (por así decirlo), uno deja de evitarse y se encuentra, en completa libertad y en plena capacidad de uso de todas las potencialidades. Entonces, el individuo despierto crece, se amplía sin perderse, sin dejar de ser “sí mismo”, y participa en la construcción y el desarrollo del Equilibrio en la Armonía. Sin explicaciones, se comprende el por qué, el cómo, el cuándo, el dónde… En una palabra, se empieza a “saber”, y en ese comenzar a saber,   también “se sabe” que no se lo va a evitar. Sin retorno, sin culpas ni remordimientos, sin miedos ni engaños. Metafóricamente hablando, más que un cambio de piel, un trasplante cardíaco.

SIGNOS

Se elabora una lista de signos que, como una cadena, eslabón tras eslabón,  han señalado desde lejanos tiempos un destino posible, uno de tantos pero uno diferente a todos los conocidos,  que sistemáticamente se ha ignorado, cuando no, rechazado. Más cerca, comenzando desde el final para ir al principio, el 2014 ha marcado definitivamente con su último día, el fin, no de un ciclo sino de una sistemática, sistemática del pensamiento, de los sentimientos y de la acción,   cuyos significados la propia hermenéutica no lograba desentrañar por no contar con las herramientas adecuadas. Final de un ciclo, ahora sí, donde alternaron luces que deslumbraban y sombras de una oscuridad amedrentadora. El 2015, comienzo de un ciclo en el que “se comprende el por qué, el cómo, el cuándo, el dónde. En una palabra, se sabe y se sabe que no se lo va a evitar”. La luz no deslumbra, la oscuridad no atemoriza.

FUNCIÓN Y TRABAJOS

La función es “estar”. Y el primer trabajo es “mantenerse estando”. Adentrarse en la oscuridad, llevando hacia allí la luz, contención donde aparezca el desborde, sostén en el desequilibrio, afecto y compañía ante el desamparo y el desamor, seguridad de la presencia ante el abandono y el temor a la soledad. El estar y el mantenerse estando no es estático, es dinámico, variable, dúctil y versátil, mientras las señales se intensifican, los signos se multiplican y las fuerzas nutren y alimentan la propia fuerza. El siguiente trabajo, definirse, y hacerlo clara, sincera y honestamente, para que se entienda clara, sincera y honestamente, sin juegos que disloquen o interrumpan el flujo del mutuo accionar. La función que se requiere aquí es la de cuidar, proteger, estimular, acompañar ofreciendo el apoyo de una compañía inmanente que sirva de sostén a la otredad, para que, cuando sea, brote y se abra como una crisálida al aire luminoso que la ha esperado desde siempre. El último trabajo, saber que la propia función ha terminado al ver volar a la otredad hacia su propio encuentro con la vida.


ALMAS GEMELAS

Se habrá sido durante un tiempo (si aceptamos que el tiempo existe)  “alma gemela” de la otredad, con trabajos y funciones diferentes, con  un trayecto paralelo a desarrollar y cumplir y con lo que nosotros, los humanos maldefinimos como “un principio y un final”. Porque  el encuentro de dos “almas gemelas” está destinado, es inevitable. Tarde o temprano siempre se produce, porque el crecimiento, el desarrollo y la evolución lo requieren y, conceptualmente, lo demandan. Esas almas gemelas que cumplieron con sus trabajos y sus días, que se encontraron y luego tomaron cada una su camino, o no, pues el destino no se anuncia in toto sino paso a paso, estarán siempre unidas, serán siempre
libres una en la otra como participantes de un Todo.