Una pregunta que generalmente no se produce ni parece necesaria si se conoce al autor, de lo contrario, ¿vendría bien?, y, ¿puede el autor contestar esa pregunta?
Sí y no, categoría universal. El autor puede dar sus datos personales, que parece una cuestión un tanto irrelevante. Sus antecedentes intelectuales y profesionales parecen ayudar un poco. Títulos, seminarios, participación en simposios y mesas redondas, libros, artículos y trabajos publicados, etc. Entre esto y los datos personales se lo puede encuadrar, pero ¿se responde así a la pregunta...?
No. ¿Por qué no? Porque quien escribe no siempre sabe a ciencia cierta quién es, ni siempre es consciente de por qué escribe. Y al escribir lo hace a un ritmo mucho más acotado y lento que su variada actividad cerebral. Entonces, selecciona, elabora frases que sintetizan un pensamiento, o le sustrae parte de la esencia a una emoción y la transforma en palabras, no siempre fieles a su origen. El que escribe siempre filtra y muchas veces se pierde siguiendo un supuesto hilo conductor. Se detiene, vuelve sobre sus pasos, borra, corrige y vuelve a avanzar.
Si es bienintencionado, querría responder con sinceridad y honestidad a la pregunta. Todo un desafío. Es mucho más sencillo tomar un tema, masticarlo, elaborarlo y luego lanzarse a decir algo interesante, coherente y original sobre él.
¿Quién escribe? es una pregunta que quizá no tiene respuesta fácil, ni de parte del interesado ni de sus críticos o sus afines. Entonces... quizá resulta mas bien innecesaria esta disquisición, y probablemente carece de interés para el público en general.
"Sólo sé que no sé nada", así se podría empezar, y en esa nada estoy yo, a la sazón, quien escribe.
Borges decía: No hay libros buenos o malos, sólo libros bien o mal escritos. Una sabia respuesta.
Sin pretender agregar más a lo arriba expresado, hace muchos años escribí un relato muy breve, intitulado: "Soy demasiadas cualquier cosa juntas". Ésta sería mi respuesta.
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