Reproducción
sexuada:
Alberto Campos Carlés- médico. Argentina
Los rasgos particulares de los diferentes
temperamentos se transmiten por herencia mediante los genes, siendo
este proceso, el resultado de la expresión de la carga genética de cada
individuo, recibida a través de los 23 cromosomas del padre y los 23 cromosomas
de la madre. Siendo el cromosoma y o el x del
padre lo que define el sexo del futuro individuo. Esta nota apunta a analizar,
si es posible, el mecanismo biológico mediante el cual la sexualidad
se trasmite a los hijos. Si
el mecanismo es o está predeterminado por
el comportamiento de los genes de alguna de las células involucradas.
Mecanismos
de la reproducción
La reproducción sexuada, utilizando los gametos
femeninos (ovocitos) y masculinos (espermatozoides) a través de la Meiosis I y
II produce, en los pasos previos a la fecundación, células con la mitad de la
carga genética (haploides = 23 cromosomas). Cuando se unen, forman el propósito
de un nuevo individuo (diploide= 46 cromosomas), o varios, si el azar o algún
mandato celular produce mellizos, trillizos, etc.. “En los pasos previos a la
fecundación”, dije. En la línea masculina, es así. En la femenina no es así. La
Meiosis tiene dos divisiones, la I y la II. En la mujer, la I se produce en el
ovario, es la más compleja, se inicia a los 7 meses (etapa fetal) y se completa
en la pubertad y hasta la menopausia. La I es de mezcla y recombinación,
incluyendo el crossig-over entre los cromosomas, la II es una
mitosis, de simple duplicación, Pero la II se detiene en la metafase tres horas
antes de la ovulación, cuando el ovocito será expulsado hacia la trompa de
Falopio a través de los mecanismos de la ovulación.
La Meiosis II que producirá el ovocito definitivo y
el 2º cuerpo polar, se ha detenido en
“metafase”, fase que sólo ejecutará al ser fecundado.
La presencia del espermatozoide en el citoplasma del ovocito, produce algo que
provoca o incita la culminación de la
Meiosis II en éste. De la Meiosis II surgen el ovocito 2 y el 2º cuerpo polar
que será
descartado como lo fue el 1º
cuerpo polar. A continuación los dos pronúcleos haploides, masculino y
femenino, duplican su ADN, disuelven la membrana nuclear, se unen e
inmediatamente se dividen mitóticamente. Se ha formado el zigoto o
primeras células embrionarias, son dos, no una, (el zigoto nunca es
unicelular) diploides (46 cromosomas) que continuarán dividiéndose por mitosis,
completando la etapa preembrinaria como blastocisto. Luego de la
implantación dará comienzo a la etapa embrionaria. O sea que el
ovocito fecundado no es un zigoto. Ni siquiera un ovocito definitivo. Debe
completar la Meiosis II, dividir su material genético, descartar la mitad como
“2º cuerpo polar”, luego duplicar su ADN, constituirse en pronúcleo femenino,
unirse con el masculino, dividirse con él y producir las dos primeras células
del futuro individuo. A estas dos células podemos denominar “zigoto”.
Definición
del sexo
Al unirse un espermatozoide x (similar)
con el óvulo, da origen a una hembra (xx). Al unirse un
espermatozoide y (diferente) con el óvulo, da origen a un macho
(xy).
Los espermatozoides x no son
iguales que los y. Son, por lo menos más densos y
más resistentes. Los y son más frágiles y más
rápidos.
Definición
de sexualidad
Volviendo a la meiosis II del ovocito en metafase: la
hipótesis es que el espermatozoide que ha ingresado al citoplasma del ovocito
I, impulsa, promueve , mediante algún mediador químico, enzimático, según sea x o y, cuál
de los dos pronúcleos femeninos ha de quedar como ovocito II y cuál será
descartado como cuerpo polar II. De ser esto así, no son iguales genéticamente
los dos pronúcleos del ovocito II. Hay uno masculino y otro femenino, por así
decirlo. Si ingresa un espermatozoide x
se descarta como cuerpo polar II el masculino;
si ingresa un espermatozoide y se descarta como cuerpo polar II
el femenino. Esta diferencia de los dos pronúcleos del ovocito decide la sexualidad del futuro individuo:
masculina en un cuerpo de hombre y femenina en un cuerpo de mujer. Queda así
asegurada la reproducción de la especie. La Naturaleza a través de la Biología
lo ha determinado así. De otra manera, no se justificaría que el ovocito
detenga la meiosis II en metafase antes
de la ovulación, y sólo cuando es fertilizado la continúe y complete. Que el
cuerpo polar II y el pronúcleo del ovocito definitivo no son iguales lo
demuestra el hecho de haberse detenido la meiosis II en metafase y sólo es
reanudada y completada luego de ser fecundado. La diferencia entre ambos
pronúcleos definirá el sexo cerebral del futuro individuo, o sea la sexualidad,
y esa diferencia debe de encontrarse en los genes del cromosoma x.
Hay receptores de estrógenos alfa y beta y
receptores de andrógenos en el cerebro y
está estudiada su implicancia en el desarrollo del sexo cerebral que, en
definitiva, definirá la sexualidad del individuo. Los cerebros masculino y
femenino no son iguales, y además de su tamaño y distribución de sustancia gris
y blanca, difieren en los receptores mencionados.
La receptividad disminuida a los estrógenos alfa y beta
produce feminización del cerebro. La sensibilidad aumentada a los estrógenos
potenciada por la conversión de los andrógenos en estrógenos por la
“aromatización” del proceso, a través de la enzima aromatasa, produce un cerebro masculino.
Estas dos variantes, simplificadamente hablando, son
definidas, una u otra, al cumplirse el proceso de la meiosis II en el ovocito
I, donde y cuando, seguramente, la porción del cromosoma x que se corresponde con el espermatozoide ingresado quedará como
pronúcleo del ovocito II, y la otra porción del cromosoma x que no se corresponde con el espermatozoide ingresado, se
descartará como cuerpo polar II. O sea que habría una genética favorecedora del
cerebro femenino, con receptores alfa y beta estrogénicos dormidos, y una
genética favorecedora del cerebro masculino con receptores alfa y beta
estrogénicos muy activos y complementados con la aromatización de los
andrógenos que se convierten en estrógenos. El gen SRY del cromosoma y del espermatozoide masculino habrá
dispuesto el desarrollo de los testículos y testosterona, dando el fenotipo
masculino, y es completado de esta manera con el cerebro masculino (que no es
total la diferencia con el femenino, algunos hablan de un mosaico).
La baja receptividad a los estrógenos da por
resultado el cerebro femenino y por ende, sexualidad femenina, cuyo fenotipo se
desarrollará como femenino simplemente por no estar presente el mencionado gen
SRY del cromosoma y masculino, y
ayudado por la presencia de la alfa fetoproteína que protege de la masculinización al cerebro femenino.
La
chica danesa y otras
Por otro lado, se pueden leer los secretos de la
naturaleza a través de sus resultados no
deseados para la especie que ponen en evidencia la sistemática seguida. Sabemos
que hay casos de hombres con el cuerpo de mujer y mujeres con el cuerpo de
hombre. Los seres humanos definidos como transexuales o con disforia de género.
El caso tan difundido en la famosa
película titulada “La chica danesa” demuestra
el drama vivido por una mujer que nace con el cuerpo de un hombre. De sexo masculino, su sexualidad es netamente femenina.
Se repite en las películas recientes «Conociendo
a Roy», un hombre con cuerpo de mujer
y «Jake» , otro caso de una niña con cuerpo de varón (*). En
estos casos, la sexualidad está trastocada, ya sea que el ovocito leyó mal el
mensaje del espermatozoide, o el mensaje del espermatozoide era erróneo, o no lo hubo
(podría ser por carencia o presencia del mensajero la definición). O por
algún otro mecanismo que habría que investigar. Descubrir este mecanismo es la
clave para abrir la puerta del conocimiento de la metodología biológica de la
sexualidad. Una de ellas sería el estudio genético de ambos cromosomas x, el del cuerpo polar II y el del
ovocito II.
(*) se pueden ver por Netflix.
Sexualidad
y reproducción
En la reproducción humana (y en las otras
reproducciones sexuadas seguramente), se producen un número importante de
errores, con sistemáticos descartes o no por parte de la Naturaleza. Sin que
sea peyorativo el término, el error al unirse un espermatozoide con el
pronúcleo del ovocito que no coincide con su sexo, produce un individuo que no
asegurará la reproducción de la especie, ya que su sexualidad lo inclinará
hacia su propio sexo.
Opciones
En definitiva, en la reproducción sexuada (la humana
es una de ellas), hay dos secuencias de opciones para definir al futuro
individuo. Que un espermatozoide x o un y fecunde al ovocito I
define el sexo, y la segunda es que el pronúcleo que quede de la meiosis II
defina la sexualidad, el sexo cerebral,
acorde con el fenotipo definido por el cromosoma x o y del
espermatozoide.
Sexo
y sexualidad.
Definición
Sexo, definido por las células reproductoras
masculinas. Sexualidad (sexo cerebral), definida por las células reproductoras femeninas.
En el caso de éstas, el pronúcleo del ovocito I antes de completar la meiosis
II tiene la potencialidad de estimular el desarrollo de un cerebro masculino o
femenino. Al descartarse como cuerpo polar II el que no coincide con el
cromosoma sexual del espermatozoide, queda definida la dupla sexo-sexualidad
armónicamente. Pero, a veces no es así, y esto está demostrado en la vida real.
Transexualidad
Conocer la realidad íntima de la reproducción
sexuada en humanos y encontrar los mecanismos genéticos y bioquímicos que los
inducen o bloquean, permitiría elaborar una teoría científica sustentable
basada en la definición femenina de la sexualidad, como se expresó
anteriormente, y de esta manera, descartar definitivamente las teorías que
interpretan a la «transexualidad» como un producto del carácter de un
individuo, y que en cualquier momento, podría ser mutable o reversible (algunos
lo piensan factible).
Estudios
recientes sobre cambios neuronales en cerebros de individuos transexuales
La Universidad Católica de Valencia publica un trabajo
titulado: “Causas de transexualidad.
¿Existe un gen de transexualidad?
No concluyen que haya un gen de la transexualidad,
pero enfatizan las diferencias entre los cerebros masculino y femenino, y su
correlato en la transexualidad.
ROSA Mª FERNÁNDEZ GARCÍA Y EDUARDO PÁSARO MÉNDEZ
Departamento de Psicología. Área Psicobiología. Universidade da Coruña
Publicaron en
Cuadernos de Bioética XXVIII 2017/3ª un excelente trabajo, titulado:
¿LA IDENTIDAD SEXUAL ES UNA OPCIÓN? UN ESTUDIO SOBRE
LA BASE GENÉTICA DE LA TRANSEXUALIDAD, donde ese expone la posible base genética de la Transexualidad o disforia
de género, hablan del Sexo Cerebral y de sus receptores alfa y beta
estrogénicos y los androgénicos, las diferencias anatómicas y estructurales de
los cerebros masculino y femenino y explican que encontraron simetría en la
transexualidad MtF (Male to Female) con el femenino, y en la transexualidad FtM
(Female to Male) con el masculino.
Refieren que los receptores de andrógenos (RA) y los receptores de estrógenos alfa y beta (ER
alfa y ER beta) están implicados en la
diferenciación sexual del cerebro masculino. El ER alfa en la masculinización
del cerebro, y el ER beta en la desfeminización del cerebro.
Por otro lado, en el individuo femenino, además de
la receptividad disminuida a los estrógenos, se encuentra la alfa-fetoproteína que
protege el cerebro femenino de la masculinización cerebral.
Conclusión
La Naturaleza define los sexos a través del
individuo masculino de la especie. En cuanto a la sexualidad, sexo cerebral,
podemos pensar de acuerdo a lo expuesto aquí que sería definida por el
individuo femenino de la especie, concretamente por su cromosoma x, inducida por el elemento masculino
de la reproducción.
Esta propuesta no pretende ser otra cosa que una
teoría que quizá motive a alguien a analizar, estudiar, buscar confirmación o
descarte, metodología científica mediante.
Podemos hablar, entonces, de la genética de la sexualidad, Y la genética de la transexualidad habría que buscarla en una variante de la primera.
Comprobar científicamente que la «transexualidad» es
definida biológicamente, ahorraría a
la persona de la disforia de género y a su familia un sinnúmero de dudas y temores y conflictos,
y permitiría actuar con mayor libertad y conforme a derecho.
Referencias:
LANGMAN, EMBRIOLOGÍA MÉDICA, T.W. Sadler, 12ª
edición (Copyright de la edición española 2012 Wolters Kluwer Health, S.A.,
Lippincott Williams & Wilkins. Trad. Juan Roberto Palacios Martínez,
Rev. Técnica, María Dolores González Vidal).
ROSA Mª FERNÁNDEZ GARCÍA Y EDUARDO PÁSARO MÉNDEZ
Departamento de Psicología. Área Psicobiología. Universidade da Coruña. Cuadernos
de Bioética XXVIII 2017/3ª: ¿LA IDENTIDAD SEXUAL ES UNA OPCIÓN? UN ESTUDIO
SOBRE LA BASE GENÉTICA DE LA TRANSEXUALIDAD
Universidad Católica de Valencia: “Causas de
transexualidad. ¿Existe un gen de transexualidad?
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